Los hábitos buenos durante la infancia pueden mejorar hasta
un 35 % la salud cardiovascular del adulto más del 60 % de los hábitos de vida se
obtienen durante la infancia por lo que conviene incidir sobre hábitos
preventivos desde edades tempranas. La salud cardiovascular se puede prevenir también mediante otros
hábitos como mantener niveles de glucosa adecuados, no ser fumador.
La salud del adulto se siembra, en gran medida, en la
infancia.
Los factores psicosociales positivos durante la infancia y
la juventud, de los 3 a los 18 años, aumenta el índice de salud cardiovascular
en la edad adulta. Lo confirma un estudio realizado en Finlandia y que se
publica en la revista Circulation.
La investigación concluye que los niños y adolescentes que
tenían mayor presencia de estos factores favorables (entorno socioeconómico, el
entorno emocional, los hábitos saludables de los padres, la ausencia de
posibles acontecimientos estresantes, la capacidad de autorregulación del niño
y su adaptación social) durante la infancia también tenían un 35 % más de
probabilidades de tener una buena salud cardiovascular en la edad adulta en
comparación con los que presentaron menos factores favorables.
El estudio ha contado con un total de mil 089 participantes
de edad comprendida entre los tres y los dieciocho años.
Los científicos registraron los niveles de ciertos
indicadores de riesgo cardiovascular (índice de masa corporal, presión arterial
y colesterol) y, mediante una exhaustiva prueba, la presencia de distintos
factores psicosociales favorables. Veintisiete años más tarde, cuando los
participantes se encontraban entre los 30 y los 45 años de edad, los
investigadores evaluaron el estado de salud cardiovascular de todos ellos
mediante distintos indicadores de riesgo (el índice de masa corporal, la
práctica de actividad física semanal, el tabaquismo, la dieta equilibrada y los
niveles de presión arterial, de colesterol y de glucosa en sangre).
En el análisis de los resultados se ha observado que una
mayor exposición a factores psicosociales positivos se asocia a un 14 % más de
probabilidades de mantener un índice de masa corporal (IMC) normal, a un 12 %
más de probabilidades de no ser fumador y a un 11 % más de probabilidades de
mantener unos niveles de glucosa correctos en la edad adulta.
Además, de los factores psicosociales específicos, un
entorno socioeconómico favorable y una mayor capacidad de autorregulación por
parte del niño, son los factores que aportan un mayor beneficio a la salud
cardiovascular en la edad adulta.
La Fundación Española del Corazón (FEC) recuerda que un 60 %
de los hábitos de vida se adquieren en la infancia y que el trabajo preventivo
en edades tempranas es fundamental para lograr reducir el impacto y la gravedad
de las enfermedades cardiovasculares. 'Resulta vital hacer énfasis sobre la
prevención cardiovascular desde las escuelas', asegura Leandro Plaza,
presidente de la FEC.
'Hay que priorizar la importancia de una alimentación
cardiosaludable y de la práctica periódica de actividad física para abordar,
desde la infancia, problemas de salud como la obesidad y el sedentarismo'
explica el doctor. Y añade: 'La adopción de hábitos saludables y los consejos
sobre prevención deberían ser tan importantes como cualquier otra asignatura'.
El presidente de la Fundación Española del Corazón recuerda
que 'son muchos los niños y niñas que desayunan y comen en su centro escolar.
Por ello, es el momento y el lugar perfecto para inculcar la importancia de una
alimentación cardiosaludable, entre otros'. Por ello sugiere que, 'estas
comidas deberían estar revisadas por nutricionistas, capaces de planificar una
dieta sana y equilibrada que inculque a los niños una alimentación correcta y
saludable'.